El Día del Patrimonio Cultural en Casa, que se realizó el último fin de semana de mayo, registró más de dos millones y medio de visitas. Los recorridos virtuales por museos chilenos y extranjeros se llevaron las preferencias de la ciudadanía, que tuvo la posibilidad de estar en un solo día en innumerables museos, panorama imposible en tiempo real.

Los museos, cerca de 95 mil en el mundo y 300 en nuestro país, son instituciones al servicio de la sociedad, preservan y ponen en valor colecciones únicas e irremplazables, lo que sólo tiene sentido en la medida que ofrezcan a las comunidades una experiencia presencial. El compositor Mahler escribió: “La tradición no consiste en adorar cenizas, sino en preservar el fuego”. Aplicado a museos, diríamos que sus objetos son puentes para conocer nuestro patrimonio. Nos permiten establecer vínculos con nuestra identidad y la de otros ecosistemas, en una experiencia social y de aprendizaje. Un museo es para cada persona un mundo, en el cual descubre e interactúa con su propio mundo.
Por ello es que hoy es más importante reflexionar acerca de museos “PARA” que museos “DE”. Cada día se valora más su rol como espacios al servicio de la educación informal, mitigando las brechas creadas por desigualdades educativas. Sorprenderse es comenzar a entender y esa oportunidad la brindan los museos, más que un pizarrón y un texto escolar. Pero, ¿están los museos conectados con sus comunidades?, ¿a qué responden sus relatos: al goce de sus visitantes o a objetivos estéticos y de erudición?, ¿son espejos de conocimientos específicos o ventanas para que sus visitantes puedan conocer el mundo? Grandes dilemas con distintas respuestas.

Los museos enfrentan muchos desafíos ante esta pandemia. El más contingente, el de su supervivencia, en aquellos cuyo financiamiento depende en gran medida de sus ingresos por entradas. La tecnología es otro de los grandes temas. Durante este confinamiento Internet es la única vitrina para mostrar sus colecciones. Sin duda estas plataformas llegaron para quedarse, lo que no significa que vayan a reemplazar la presencialidad. La experiencia personal, íntima y social, a través de la observación directa, es irremplazable.
Como Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ya estamos trabajando en protocolos para garantizar la bioseguridad de funcionarios y visitantes, cuando la autoridad sanitaria permita su reapertura. Por ahora debemos continuar haciendo un balance del rol de los museos pre-estallido social y pandemia, y reflexionar sobre las exigencias que les impone el siglo XXI.
